Luis Varela
SABER INVERTIR
Edición en línea del viernes 5 de setiembre de 2025
Al compás del dólar, los autos se convierten en un dolor de cabeza para el comercio exterior argentino
Escribe LUIS VARELA
luisalbertovarela@hotmail.com
Tal
como pasó varias veces a lo largo de las últimas décadas, la Argentina está
caminando al filo de la cornisa, usando al dólar como ancla y abriendo la
economía para aplastar la inflación, y esta clásica estrategia se está empezando
a sentir de manera agravada en el mercado automotor, que es uno de los que más
productos importados trae y más dólares se lleva.
Según confirmó ayer la consultora ABECEB, durante agosto se volvió a ampliar la
diferencia entre exportaciones e importaciones que tiene la Argentina con Brasil
y volvió a crecer el déficit comercial que tenemos con ese país. El mes pasado,
el total de importaciones desde el principal socio del Mercosur llegó a los u$s
1643 M, al tiempo que las exportaciones hacia territorio brasileño solo llegaron
a u$s 1029 M, por lo que en agosto la Argentina perdió nada menos que u$s 614 M.
Con esto, luego de tener en los primeros ocho meses de 2024 un superávit
bilateral de Argentina con Brasil de u$s 126 M (en el primer semestre con Milei
en el país, con la Argentina recién devaluada), ahora que frenamos al dólar
pasamos a tener en los primeros ocho meses de este año un déficit por u$s 4.120
M. Y en este agujero el sector automotor, que representa la mayor parte del
comercio entre ambos países, fue clave a la hora de explicar el deterioro de la
balanza. Ya que, en el rubro autos, las importaciones pegaron un salto anual del
70% en agosto, mientras que las exportaciones de unidades que se arman en la
Argentina y se colocan en el mercado brasileño cayeron más de 24%.
Y la situación apunta a complicarse aún más, con una "doble Nelson", ya que ya
acaba de iniciarse la preventa de los autos eléctricos chinos de la marca BYD,
que se lanzará oficialmente en octubre, y otra marca también china (la firma MG)
empezará a vender en breve cuatro modelos, también con abastecimiento con
baterías eléctricas, en una ola imparable, que significará para la atrasada
industria automotriz argentina un gigantesco desafío, no complicando únicamente
el déficit comercial sino que además presionando de manera desafiante al empleo
local.
Por supuesto, esta corriente de autos que está llegando tiene un doble juego.
Por un lado, es una complicación enorme para unos 60.000 empleos vinculados al
mundo del auto argentino. Pero, por otra parte, es una fiesta para los 47
millones de argentinos, ya que les aparece la posibilidad de comprar autos
nuevos, con tecnología de última generación y con precios que están avanzando 16
puntos por debajo de la inflación.
De esta manera, según los informes de los fabricantes nucleados en ADEFA y de
los concesionarios unidos en ACARA, las cifras de la plaza automotriz argentina
acaban de presentar en agosto una radiografía complicada, frente a la que muchos
de los que piden una economía cerrada y con protección volverán a crecer como
hongos, pero debe advertirse que mientras duró el "compre argentino" aplicado
por los Fernández y Massa el rojo comercial con Brasil era en 2022 y 2023 casi
tan grande como lo está siendo 2025.
Para desmenuzar lo que está sucediendo con este sector clave, presentamos a
continuación todos los números registrados hasta agosto, en ventas, en
producción, en exportaciones, en importaciones, en participación vendedora de
marcas, en los modelos más vendidos, en los precios y hasta en reparto de
patentamientos por jurisdicción, con todo lo que se puede leer a continuación:
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