Luis Varela

SABER INVERTIR

Edición en línea del Domingo 19 de octubre de 2025

 

 

 

INVERSIONES: QUÉ COMPRAR, QUÉ VENDER Y QUÉ DEJAR COMPLETAMENTE AFUERA DE TODO

 

200 años polarizados ¿seguirá todo igual?

 

Escribe LUIS VARELA
luisalbertovarela@hotmail.com

Sin dudas, el mundo entero de estos días está viviendo en una especie de Aleph caótico, en relación a esa mitológica "cosa donde se veían todas las cosas" que inventó Jorge Luis Borges en 1945, al tiempo que el puntito en el que está concentrada toda la Argentina (la elección de medio término que se hace dentro de una semana) se debate como si no hubiera un mañana, cuando en realidad es una pelea entre políticos que quieren mantener su pequeño espacio de poder, sin que eso tenga demasiada importancia para el ciudadano de a pie. Es más, lo más probable es que dentro de dos meses casi nadie esté enfocado en cómo terminó el escrutinio del 26/O.

Pero, en el ahora, mirándonos el ombligo, estamos en una cuenta regresiva vibrante, como pasó con las 10 Apolo anteriores a la Apolo 11 que alunizó. Estamos a una semana del 26/O, cinco ruedas de negocios que seguramente serán altamente volátiles, con "beta al cubo" (entendiendo que el coeficiente beta es el que mide el riesgo sistémico de los activos.

Y dentro de esa vibración exagerada, basada en qué votarán los argentinos, las encuestas nacionales más recientes muestran una gran paridad, con una gran disputa por el primer lugar entre las dos principales fuerzas, con gran ventaja del PJ en provincia de Buenos Aires (donde se concentra el 38% de los argentinos) y con LLA mejor posicionada en el resto de las jurisdicciones. Pero, según los promedios de lo que dicen los encuestadores, La Libertad Avanza sacaría el 36,7% de los votos (con fuerte apoyo entre jóvenes y hombres), mientras que Fuerza Patria llegaría a 34,8% (con apoyo de personas de mediana edad y mujeres), mientras que el resto de las fuerzas apuntarían a llegar todas juntas a un nada despreciable 28,5%.

Por supuesto, con este resultado tan desequilibrado según dónde se vote, el 26 de octubre a la noche ambas fuerzas (LLA y FP) explicarán con gran claridad de qué modo "ganaron" o de qué modo "no perdieron", para que la grieta siga 200 años más, y que los políticos sigan llevando a los argentinos de la punta de la nariz, arriándonos como si fuéramos un pequeño pony.

Pero tan incierto es el resultado, que un banco de inversión gigante de EE.UU., Morgan Stanley (que está en el top 3 de la banca de negocios junto a JP Morgan y Goldman Sachs) no se animó a dar un resultado preciso y lanzó tres posibles escenarios. MS explicó lo que viene de la siguiente manera: si LLA saca más del 35% de los votos, el dólar se iría a 1700 pesos y el PBI argentinos de 2026 crecería 2,5%; si LLA saca entre 30 y 35% de los sufragios, el dólar se iría a 1900 pesos con el PBI argentino de 2026 creciendo 1,8% y, por último, si LLA saca menos del 30% (algo poco probable), el dólar iría a más de 2000 pesos, con el PBI argentina creciendo apenas 1% en 2026.

¿Cuál puede ser el resultado? Nadie lo sabe. Lo concreto es que de decir que iba a pintar el país de violeta, el objetivo con el que llega el Gobierno es de mínima, planteando ahora que un buen resultado será conseguir el tercio de alguna de las dos cámaras (Diputados o Senadores) para que los legisladores no puedan frenen los vetos de Milei, y con Milei promulgando pero no ejecutando las leyes, hasta que los legisladores no tiren más pesos a la marchanta, sin explicar de dónde sacar el dinero (a quién castigar) si se decide apoyar a tal o cual sector.

Por esta razón, ante una absoluta ceguera por lo que viene, la mayor parte de los consejeros de inversión repiten: "la incertidumbre es absoluta y lo más recomendable es ir corto y cauto. A pesar de que el secretario del Tesoro de EE.UU. acaba de prometer un swap por u$s 20.000 M y un avance con cinco bancos internacionales por otros u$s 20.000 M adicionales para comprar títulos argentinos, la gente no cree en nada y huye del peso. Alocadamente, mientras el dólar se hunde a nivel internacional, los argentinos buscan cobertura juntando dólares, por ahora dejándolos en los bancos (hay récord de stock en esa moneda (subió de u$s 29.000 M en abril de este año a un máximo de todos los tiempos de u$s 35.000 M según el último dato del BCRA), con amontonamiento de dólares también en el exterior, en cajas de seguridad y en el colchón.

En medio de toda esta corrida (huida del peso), el presidente de EE.UU. Donald Trump (que tiene sus propios problemas porque tiene su gobierno cerrado, con pagos trabados porque el Capitolio no le autoriza su Presupuesto), enloqueció a los argentinos con una frase corta pero contundente: "Si Milei pierde no seremos generosos con Argentina". Por supuesto, esta idea de soltarle la mano a Milei tuvo todos estos días una gran discusión ¿la ayuda cesará a partir del 27 de octubre o recién se irá después de la elección presidencial de 2027?

Como sea, cada una de las fuerzas políticas se aferró a una de esas dos respuestas. Y, la cada vez más desdibujada líder del PJ Cristina Fernández emitió desde su cárcel en San José 1111 en el que extremó las cosas, contestando: "Argentinos... ya saben lo que hay que hacer!!!". O sea, grieta a full, tratando de revivir la puja entre Braden o Perón de 1946, polarizando todo, para que otra vez, como si el próximo domingo ocurriera una presidencial (que no lo es), para que la dupla Perón-Quijano le gane 53,7% a 43,6% a la fórmula Tamborini-Mosca.

El kirchnerismo, que quedó completamente fuera del poder y con su líder encarcelada, propone algo con total claridad a través de su candidato número uno en Provincia de Buenos Aires Jorge Taiana: "la deuda es impagable"... Quieren hacer otro corte de manga, llevando a la Argentina a otros 20 años de vivir con lo nuestro, es decir más "standalone" (solos como locos malos), absolutamente expulsados del crédito voluntario internacional, en el que todos los países normales participan, roleando sus deudas, en un momento en el que esta Argentina quebrada promete pagar en la tasa a 10 años 17% anual, al tiempo que Brasil promete 14%, México casi 9%, India 6,5%, casi todos los países europeos entre 3 y 4,5%, Singapur y Japón 1,7% y Suiza 0,1%.

En la Argentina la sensación de riesgo, temor a otro default con una gran devaluación, es tan grande que los que tienen fondos se van al dólar, mientras que los que no tienen nada se ven obligados a vender dólares ahorrados para pagar sus cuentas, de ahí que mientras los dólares financieros (mep y ccl) navegan en torno a los 1540 pesos, el blue quedó bastante más abajo en 1480 pesos, es decir por debajo del techo de la banda.

¿Por qué hay un stress cambiario tan grande? Simple, desde diciembre del año pasado a esta parte el Gobierno cometió una sucesión de errores interminable. Y, además, Luis Caputo había dicho que iba a dejar al dólar sin pesos para que pudiera alimentarse. Restringió los pesos en circulación, pero el ministro de Economía no pareció contar con la montaña de pesos que está huyendo de cuentas a la vista, de plazos fijos, de activos remunerados y de cada vencimiento de deuda en pesos (en la licitación del miércoles pasado vencían $ 4 B y los inversores renovaron por sólo $ 1,7 B, todos en títulos ajustados por tipo de cambio, por lo que $ 2,3 B volvieron al mercado).

En la práctica nadie sabe si la ayuda de EE.UU. sigue si el kirchnerismo tiene chance de volver. Por eso el dolar está presionado y las tasas están fuera de control. Todos descuentas que se vienen cambios, en el gabinete y en la política económica. Y con eso todo está frenado, con la economía mostrando una foto absolutamente recesiva.

Esta situación que se siente terminal llevó a los dólares libres por encima del techo de la banda cambiaria. Nadie parece ver que esta es una elección de medio término. Nadie parece creer que Milei tiene por delante dos años más, y lo más esperable por sus propias necesidades geopolíticas (en su guerra con China) es que Trump debería seguir apoyando a Milei para que consiga la reelección. Y la ayuda del FMI y de EE.UU. plantearía alta chance de que los bonos de la deuda se paguen durante los próximos dos años. Pero dan alergia, nadie los quiere, por lo que el riesgo país argentino sigue en el techo del mundo.

Sin dudas, Argentina es importante para Trump porque casi toda la región está con gobiernos de izquierda, pro chinos. Pero, además de eso, si la política económica no cambia, si no salimos de la recesión, si Milei no se transforma en un Presidente que acepte buscar consensos, iremos a una gobernabilidad incierta. De ahí que nadie crea en nada, sobre todo no creen que seguirán las bandas cambiarias, como aseguran los brókers Caputo y Bessent.

Recién el lunes 27, con los votos ya contados, se verá si EE.UU. sigue apoyando. Se verá si aparecen detalles de los u$s 20.000 M que prestarían cinco bancos, se verá si el acuerdo comercial con EE.UU. tiene buenas condiciones para el país. Y, sobre todo, veremos si las empresas privadas siguen poder financiándose como hasta ahora con una tasa baratísima del 7% anual en colocación de ON (Obligaciones Negociables, pagarés privados) a 5 años de plazos.

¿Terminará la grieta el próximo domingo? No. La pelea será mucho mayor si Milei llega al 2027. Sólo podrá haber una situación más tranquila si tras el próximo domingo el nuevo dólar cambia la cuenta corriente externa y si Provincia Unidas y LLA sacan juntos muchos más votos que el PJ, con claras propuestas de mantener el superávit fiscal y sin seguir emitiendo pesos a mansalva.

Además, como si todo esto fuera poco, dentro de 10 días se realizará la reunión mensual de la Reserva Federal de EE.UU., en un momento de situación tensa por baja creación de empleo y todavía alta inflación. Por el momento se espera que la Fed baje otra vez su tasa base a fin de este mes, de 4,25 a 4% anual, y que lo haga otra vez en diciembre, hasta 3,75%.

Eso llevaría muchos capitales hacia mercados emergentes, pero nadie está muy seguro que eso se pueda cumplir, por lo que durante esta semana que pasó se frenó la baja la tasa de las tasas largas de EE.UU.: se pagó 3,6% anual a 1 año de plazo, 3,6% anual a 5 años, 4% anual a 10 años y 4,6% anual a 30 años. Igualmente, con esta rentabilidad casi un punto por debajo de lo que se pagaba hace unos meses, el dólar bajó nuevamente esta semana, con bajas del 0,1 al 1,9% en Brasil, Suiza, México, Japón, Gran Bretaña, la Unión Europea, China y Chile.

Pero mientras el dólar mundial bajó nuevamente, en la Argentina -con una leve intervención de Bessent, que pudo ser mayor si hubiera querido- insisten con que las bandas cambiarias no se modificarán. Pero lo más probable es que si cambien. Por los pocos dólares que tiró Bessent en la Argentina es como si quisieran dejar ir un poco el dólar, pero de manera controlada, hacia una especie de flotación sucia.

Porque hay una realidad que nadie puede negar. Con este dólar de 1500 pesos se va todo el mundo a veranear al mundo, hay una ola de importaciones y problemas para exportar. Este dólar no funciona. Y se agota la buena idea de que todo lo de adentro se ajuste, bajando rentabilidades al mínimo, esperando que bajen impuestos. La gente está convencida de que -como ocurrió cuando asumió Milei- el tipo de cambio tendrá otro salto, replicando lo que se hizo en diciembre de 2023, cuando el dólar oficial saltó 120% de 390 a 865 pesos.

Por eso, a pesar de las leves ventas que hizo Bessent, en la última semana tanto el mep como el ccl subieron 6,4%, mientras el dólar oficial aumentó 2,2% y el blue terminó a la cola del movimiento, con un incremento de solo 0,3%. El blue está casi planchado porque la economía en negro -que depende del dinero en circulación- está sin pesos y tiene que vender dólares. Pero los que tienen dinero y están bancarizados siguen dolarizándose, presionando. Ven venir una suba del dólar, que sin dudas habrá, pero controlada, amortiguada por los préstamos de EE.UU. (ver aparte).

Mientras tanto, con la restricción de pesos que provocó Caputo, las tasas de interés en moneda local siguen a full, con niveles destructivos para las empresas, y ahora con inflación nuevamente alcista porque con la suba del dólar los precios mayoristas y los precios de los productos importados subieron mucho. Hoy la inflación anualizada ya no se espera en 18% sino en 31% y, a pesar de que las tasas de los plazos fijos son muy positivas, se paga entre 45 y 80% anual, los depósitos en pesos no solo se estancaron, sino que están bajando. Todo va rumbo al dólar.

Entre tanto, los bonos argentinos resisten, pero con grandes diferencias entre sí. En la semana los títulos públicos subieron 0,9% promedio, pero con gran diversidad. Entre los títulos en pesos, los papeles cortos subieron 1% y los largos no cambiaron. Pero entre los títulos en dólares, los bonos cortos cayeron 6% y los largos se hundieron casi 9%. De ahí que el riesgo país subió de 902 a 1089 puntos básicos. Esto ocurre porque la economía, así como está no funciona, no hay manera de acumular reservas y de conseguir pagar la deuda con recursos propios. Si hay posibilidad de pagar las deudas de 2026 y 2027 con ayuda, y eso ofrece una gran apuesta de riesgo (ver aparte).

En papeles privados, en cambio, esta vez a la Argentina le fue bien. En el balance semanal las Bolsa de Santiago de Chile fue la mejor con una suba del 5,2% (gracias al récord del cobre), pero Buenos Aires entró segunda, con un incremento del 3,4% en pesos o del 3% en dólares. Lo demás quedó detrás: el Nasdaq de NY subió 2,1%, México avanzó 1,8%, San Pablo 1,7%, el Dow Jones de NY tuvo un alza del 1,6% y Madrid 0,8%. Mientras que Tokio cedió 1,1% y Frankfurt achicó 1,7%.

¿Por qué subió la Bolsa argentina en este momento? Simple: los inversores ven que en el año las bolsas mundiales suben 24% (lo mejor Chile 36% y lo peor Wall Street 13%), mientras que la bolsa argentina cae 28% (37% en dólares y 21% en pesos). Lo más atrasado de este año, en plena guerra electoral es la Bolsa de Buenos Aires, y es la que más rebotará si se dan algunas condiciones (ver aparte).

Y el gran interrogante, base de todas las discusiones, es qué pasará con los commodities. En octubre hay un clarísimo perdedor: el petróleo, con un derrumbe del 8,1%. El barril de la variante WTI ya bajó de 125 a 57 dólares, y ya empieza a estar el piso sugerido por los analistas. ¿Parará ahí? (ver aparte).

Los metales básicos, a pesar de que el FMI pronostica una desaceleración mundial, siguen sostenidos, con el aluminio aumentando 3,2% en octubre, el cobre sube 2,9% hasta un récord sin precedentes y el níquel sigue aplastado con una baja del 0,8%, en un piso de años que debe ser analizado (ver aparte).

Los granos están sumergidos en la batalla global del consumidor mayor China y el oferente mayor EE.UU. De ahí que la soja de Chicago sube 1,6% en lo que va de este mes. Pero los precios de Rosario, con mucha venta ya adelantada, no muestran un buen resultado: en lo que va de octubre el maíz sube 0,6%, pero el girasol no se movió, la soja bajó 3,3%, el sorgo achicó 3,6% y el trigo -que llegará con la cosecha más grande de toda la historia- se hunde 4,2%.

Y la gran particularidad está en la bifurcación de los activos considerados como refugio. El bitcoin cae 5,3% en octubre y el resto de las criptomonedas bajan más, por el simple hecho de que los Bancos Centrales no los usan como posición elegida, por lo que están en precios muy parecidos a los que tenían hace un año, y sin renta, por lo que bajaron en términos reales.

Y los que todos han elegido son la compra de metales preciosos. De ahí que en lo que va de octubre el oro subió otro 8,4% y la onza de plata aumentó 6,4%, hasta niveles elevadísimos, que empiezan a plantear interrogantes (ver aparte).

La situación es muy confusa, tanto a nivel mundial pero mucho más en la Argentina. Todos está con el paraguas abierto, expectantes. En general se piensa que la macro argentina está bien y que la micro no. El foco principal es saber si el Congreso seguirá siendo el gran enemigo. El problema principal será la gobernabilidad. Se descuenta que habrá un cambio de gabinete (con rumores desconcertantes, como que Guillermo Francos -que fue lo mejor que tuvo el Gobierno hasta ahora- será reemplazado por Santiago Caputo, y con una menor aparición de Karina Milei. El imán que habrá por delante será lograr consensos.

Evidentemente, el PJ dominado por los K quiere repetir la historia, volver a otro default, es decir que lo que se pidió para que nos ayuden no sea pagado, y que sigamos en la misma. Pero los sondeos dicen que el 60% de la población no quiere que vuelvan los K, por lo que según la foto actual no hay manera de que los K ganen un balotaje en 2027. Pero LLA sola no va a ninguna parte, deberá aceptar que debe sumar a puestos clave de poder al PRO y a la UCR ¿Aceptará Milei, o seguirá a los gritos?

Navegamos a ciegas, como en el Titanic. Venimos de estar 200 años polarizados, ese es nuestro ADN. ¿Seguiremos igual? Con esa tomografía por imágenes ya reconocida, los principales consejeros de inversión plantean carteras recomendadas con la siguiente estructura:

 

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