Luis Varela

SABER INVERTIR

Edición en línea del Domingo 22 de junio de 2025

 

 

 

EL RESULTADO ELECTORAL EN LA 3° SECCIÓN BONAERENSE FIJARÁ EL RUMBO: DIVIDE A INVERSORES QUE HUYEN Y ARRIESGADOS QUE SE QUEDAN

 

El tuit de Alberto se repite: hazte la fama y échate a dormir

 

Escribe LUIS VARELA
luisalbertovarela@hotmail.com

Históricamente, la estrategia y el alcance a la buena información permitió a colosales oportunistas ganar grandes batallas. Ejemplos hay cientos: las Termópilas, Hastings, Trafalgar, Waterloo, Stalingrado, Normandía son algunos ejemplos. Los vencedores aplastaron a sus oponentes, reescribieron la historia y dominaron durante décadas.

Por su tamaño y desarrollo, la Argentina tiene una ínfima participación en la historia del mundo: tenemos apenas el 1,9% de la superficie mundial total y un insignificante 0,6% de la población global. Sin embargo, tuvimos enfrentamientos decisivos: las batallas de Salta, Tucumán, San Lorenzo, Cepeda, Caseros, Pavón, la Vuelta de Obligado y otras.

Hoy en el mundo los enfrentamientos bélicos continúan, se eternizan, mentalmente los asimilamos como algo usual. Está la masacre rusa en Ucrania, en enfrentamiento por aniquilación total en Medio Oriente, las amenazas chinas sobre Taiwán, la tensión creciente en la península de Corea, entre el norte y el sur.

En la Argentina, luego de la fatídica década del 70, donde el terrorismo de la AAA, el ERP y los Montoneros intentaron tomar el poder, y luego llegó una dictadura que equivocó sus métodos y terminó convirtiéndose en más criminal que los enemigos, los enfrentamientos bélicos hay entrado en pausa y desde hace cuatro décadas dirimimos las diferencias en las urnas: toma el poder el que consigue más votos.

A fines de 2023, para sorpresa de todos, un participante ajeno a la política llegó al mando, cuando nadie lo imaginaba. Milei llegó a la Presidencia no porque la gente lo votara a él sino porque la mayoría (el 55,65% de los electores) votó en contra de la opción encabezada por Sergio Massa, el kirchnerismo y el peronismo en general.

Por supuesto, hace apenas dos años la candidatura de Sergio Massa fue urdida, estratégicamente, por la cabeza política de más dimensión de las últimas dos décadas: Cristina Fernández. En 2019, hizo una jugada similar, con un tuit unilateral, que dejó incluso a sus propios aliados boquiabiertos, eligió al que parecía moderado Alberto Fernández, y logró ubicarse nuevamente en la cúspide del poder.

En este momento, emulando a la ajedrecista de "Gambito de Dama", la Fernández está utilizando otra forma de tuit para intentar volver al poder. Por sus innumerables contactos en la Justicia (tras dos presidencias y una vicepresidencia), CFK supo antes que nadie que su condena por corrupción era imparable, y maquinó su nueva estrategia para sobrevivir como sea.

Sin que el peronismo y mucho menos la tercera sección electoral bonaerense les hubiera interesado jamás absolutamente nada, los utilizó como punto de convergencia: se autonombró como candidata a legisladora provincial en donde el peronismo jamás perdió (lugar en el que la gente entrega su voto a cambio de una bicicleta). Su jugada anticipada fue escrita sobre piedra: "condénenme quedará claro que lo que hizo la Justicia fue proscripción".

Intentó armar su "17 de octubre". Desde San José 1111, donde quedó presa, usó a todo el aparato a su alcance. Cientos de micros trajeron a militantes de los confines del país. Llenó la Plaza de Mayo, pero no logró una pueblada, estuvo ahí apenas el 0,4% de la población: y ni los gordos de la CGT, ni siquiera los pocos gobernadores que le quedan al PJ asistieron.

Entonces, arrinconada, sin rendirse buscó otra alternativa: el operativo "Parque Lezama", varias veces utilizado por Javier Milei. Buscó reunir ahí a más gente que las convocatorias hechas en su momento por el Presidente. Su manotazo de ahogado ¿último intento? para volver busca lograr votos en la elección del 7 de setiembre en provincia de Buenos Aires.

Si logra que el peronismo vaya unido, mantendrá la lapicera, seguramente ganará en la 3° sección electoral, y como probablemente pierda en el resto de la Provincia, culpará de la derrota a Axel Kicillof por haber desdoblado, "por no haberme hecho caso".

La batalla histórica que viene, entonces, será por ver quién gana esa olvidada por décadas tercera sección electoral bonaerense: con la mayoría de sus calles sin asfalto, sin cloacas, sin agua potable, repleta de gente desesperada sin recursos. Si se siguen contentando con una bicicleta a cambio de sus votos, la suerte está echada. Pero Kicillof juega su chance en 2027: sabe que, si la Fernández logra poner ahí un candidato que saque unos pocos puntos más que él en el resto de la Provincia, su sueño Presidencial habrá acabado.

Además de toda esta batalla decisiva en ciernes, se agrega lo que está ocurriendo a nivel internacional. La guerra ya abierta entre Israel e Irán acaban de provocar un salto en la cotización de los dos productos que más exporta el país: petróleo y soja. El barril rebotó de 56 a 74 dólares, con un fenomenal e inesperado salto de casi 33%. En tanto que la tonelada de soja brincó de 361 a 392 dólares en Chicago, con una suba de casi 9%. Esto será un gran alivio para las cuentas externas argentinas, pero a la vez atacará el corazón de la estrategia de Milei: las petroleras ya subieron 5% sus combustibles en los surtidores y eso impactará de lleno en todo el costo del transporte y, por supuesto, en el IPC que viene.

Frente a este complejo momento, la calificadora de análisis bursátiles MSCI (Morgan Stanley Capital International) acaba de decidir que queda postergado por ahora (en la reunión que realizará la próxima semana) la inclusión de la Argentina en la categoría de mercados emergentes, no será encuadrada ni siquiera como mercado en revisión. La mantendrá en la categoría "standalone" (solos como locos malos), en la que nos aplazaron en 2021.

Una vez conocida esta decisión, el mercado actuó de inmediato. No hubo el mínimo interés por comprar bonos argentinos, sus cotizaciones bajaron 0,6% en una semana de tres días y, en consecuencia, el riesgo país saltó 48 unidades, hasta 726 puntos básicos (cuando el 9 de enero, después de pagar los cupones de Bonares y Globales, bajó hasta 560 puntos, el menor nivel desde julio de 2018, es decir cuando los inversores percibieron que la estrategia económica del ex presidente Macri no estaba logrando resultados y que había riesgo de que el peronismo volviera nuevamente).

Por supuesto, la batalla con consecuencias desconocidas, entre Israel e Irán afectó a casi todas las Bolsas del Mundo. Wall Street logró subir 0,1% en la semana, pero México bajó 2,1%, Santiago de Chile perdió 1,6%, Frankfurt declinó 0,7%, Madrid achicó 0,4% y San Pablo declinó apenas 0,1%.

¿Qué pasó en la Bolsa de Buenos Aires con todo esto? Fue, otra vez, la peor de todas, con un descenso del 3% en pesos y una caída del 3,8% medida en dólares. Los operadores locales fueron contundentes. "Algo parecido al tuit que nombró a Alberto se está ejecutando, seguiremos fuera de los elegibles para ser mercado emergente; nada cambió, hazte la fama y échate a dormir".

Y para quienes tengan dudas sobre la huida, deben entender que en tres semanas de junio hubo caídas del 15 al 23% en empresas como Aluar, Celulosa, TGLT, Molinos, Supervielle, Cuyana, Siderar, Costanera, Comercial del Plata, Holcim, Juramento, BBVA, Carboclor, Ledesma, Metrogas, Morixe y TGN.

Mientras tanto, con su riesgosa álgebra financiera, el ministro Luis Caputo tomó dos decisiones para que, como sea, la inflación se aplasta de acá hasta octubre: le abrió la puerta a los fondos buitre quitándole el parking a los capitales que entren a especular y, además, retrasó su decisión de bajar las tasas, para que el carry trade mantenga el dólar a raya.

Con esta política, los bancos están pagando por los plazos fijos tasas que van del 29 al 33% anual, con una inflación pasada del 39% anual y una inflación futura probablemente en la zona del 22%. Así, en apenas un mes, el stock total de dinero colocado a plazo fijo en los bancos argentinos saltó en $ 6 B (de $ 50 B a $ 56 B). Eso logró que el dólar oficial y los dólares financieros bajaran esta semana 1,6% promedio: y es una marea de dinero que con seguridad buscará tomar ganancias antes de las urnas.

La elección en Provincia de Buenos Aires es el 7 de setiembre (dentro de 11 semanas) y la elección nacional será el 26 de octubre (dentro de 18 semanas). Si el kirchnerismo saca un buen resultado en setiembre, quedará vivo para octubre. Y si LLA no logra una buena ventaja en octubre, a Milei le puede llegar a pasar lo que le pasó a Macri en 2018 y 2019.

Frente a esta batalla tan decisiva como Caseros, que terminó con el Gobierno de Juan Manuel de Rosas (que se extendió 23 años, entre 1829 y 1852), lo que viene dependerá de lo que se vote en el lugar de batalla elegido por la Fernández. Así, los inversores se dividen entre conservadores y arriesgados, que les preguntan a sus asesores. ¿me quedo o la miro de afuera?

Y las respuestas que están dando los consejeros de inversión son contundentes y sorpresivas:

 

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