Luis Varela
SABER INVERTIR
Edición en línea del Domingo 1° de diciembre de 2019
EL VIERNES SABREMOS SI GOBIERNA LA CASA ROSADA O SI DEFINE EL PARLAMENTO
Inversiones al compás de lo que se espera de Alberto
Escribe LUÍS VARELA
luisalbertovarela@hotmail.com
Después de un cierre de
noviembre con muy pocos negocios, en general porque en EE.UU. el jueves fue
Acción de Gracias y el viernes se operó a media máquina, casi todos los
mercado del mundo tuvieron operaciones escasas, y más el mercado argentino,
con una América latina convulsionada y con todos los actores económicos
esperando que llegue el viernes 6 de diciembre.
La fecha es ciertamente decisiva porque el Presidente Electo Alberto
Fernández anunció que ese día dará a conocer los nombres de su gabinete de
ministros. Y con esa definición el mercado podrá empezar a ver varias cosas:
en primer lugar si tendremos un Gobierno bicéfalo, con un pensamiento en el
Ejecutivo (Alberto Hall) y con el joystick en el Congreso (Reina Cristina).
Sin dudas, Alberto fue tejiendo poder en un espectro del peronismo bastante
más amplio que el que selecciona con gran sigilo Cristina, para los cargos
parlamentario. Veremos si los nombres plantados por cada uno terminan en
cortocircuitos, o si los momentos ríspidos, en el que se deberá definir
quién paga y quién recibe, pueden ser sorteados con tranquilidad.
El otro gran tema, por supuesto, tendrá que ver con la negociación de la
deuda. Hasta ahora, según se fue deslizando, no se plantearía una definición
de urgencia. Esto es así, entre otras cosas, porque hace unos días ocurrió
un hecho muy trascendente que fue pasado casi inadvertido por los grandes
títulos. El martes pasado el Gobierno de Rodríguez Larreta logró un gran
mojón al reabrir la colocación de un bono de la Ciudad en el mercado
voluntario, recibiendo ofertas por más dinero del esperado y solicitando
menos tasa de interés de la que se pensaba pagar.
Pero más allá de ese gran paso, el tema central de esta semana estará
enfocado en el viernes. Ese día, según prometió, Alberto Fernández anunciará
los nombres de todo su gabinete de ministros. Veremos hasta qué nivel llega
el negociador Martín Guzmán, un economista cercano a Matías Kulfas, que
trabajó con el Premio Nobel Joseph Stiglitz. Según se dice, Guzmán encandiló
a Cristina Kirchner al proponer una renegociación sin quita ni de capital ni
de intereses, y sólo postergando pagos. Obviamente, eso exigiría un gran
esfuerzo fiscal, pero invitaría a los inversores a seguir haciendo roll over,
algo vital para las finanzas de cada Nación.
Obviamente, si se llega a hacer una quita y encima si no se pagan intereses,
el mercado se cerraría del todo, y los Fernández serían empujados a un
prestador de última instancia, como el FMI, y sus condicionalidades. Pero,
claro, si no se hace quita y se hace sólo postergación, el mercado debería
creer y aceptar que lo postergado se va a pagar: con lo cual habrá que ver
cuál es la reacción de los inversores. Es decir si habrá fila de demandas o
no. Detrás de todo esto, los buitres están agazapados, con sangre en los
colmillos. Se sabe, siempre son los grandes ganadores de momentos como
estos. Si hay incumplimientos, sobre todo en los bonos Ley Nueva York, que
definen jueces de ese mercado, los que litigan ganan por las
indemnizaciones, por los pagos finales y por todos los costos extras (en
realidad viven de esa carroña).
En el panorama que se ve hasta el viernes pasado, la cotización actual de
los bonos está calculada con quitas y con postergación. O sea, los papeles
ley argentina valen hoy un 38% de su paridad y los papeles ley Nueva York
cotizan en la zona del 46%. Si se llega a anunciar que no habrá quitas y
solo postergación, y eso es aceptado por la mayoría, puede haber una nueva
plataforma de precios. Reiteramos, si es que el grueso de los inversores lo
acepta y lo cree.
¿Cómo va reaccionando el mercado local? En los negocios actuales ya se ve la
marca del orillo. Está creciendo la distancia entre el dólar oficial y el
dólar blue. A valores del viernes, el dólar mayorista cerró a casi 60 pesos,
el oficial (teórico porque casi no se puede operar en la práctica) cotizó a
63, el blue trepó hasta 70 y el contado con liquidación está en 75 pesos.
Esto significa que la brecha entre oficial y blue está en el 11% y la
distancia entre ccl y mayorista es del 25%.
Hace algunas jornadas, cuando se veía a Guillermo Nielsen y a Adrián
Cosentino a cargo de la renegociación de la deuda, el dólar estaba más
tranquilo y la tasa de interés bajaba más rápido. Pero según los últimos
datos, el dólar libre empezó a reaccionar y la tasa de interés, que venía
desplomándose drásticamente, dejó de bajar. Hace un mes por plazos fijos se
pagaba 58% anual por plata chica y 62% por plata grande, pero desde el
miercoles los intereses se estacionaron en 43% plata chica y 46% plata
grande. Y también cambió la dirección de las acciones y los bonos, que
venían recuperando de manera sostenida, para debilitarse algo en los últimos
negocios.
En suma, el viernes cambia la música: se inicia un nuevo baile. Luego de
ocho años con el PBI en retroceso, dentro de los cuales hubo mucho
aislamiento internacional, desorden fiscal y prácticas económicas que nos
alejaron cada vez más del mundo. Terminamos sufriendo una profundización de
caída en el último año y medio, con 40 puntos de pobreza, 11% de
desocupación y una inflación que no se puede contener.
Y lo inocente del caso es que casi todos los sectores se preparan para
recibir. Muchos sienten que se inicia una nueva perinola, donde como se sabe
juegan las alternativas "Toma uno, Toma dos, Toma todo" o "Pon uno, Pon dos
o Todos ponen". En este caso, los que votaron por el peronismo esperan
ayuda, que las empresas paguen más salarios y que se consiga más trabajo. Se
espera que el Gobierno realice una fuerte emisión de pesos, con un aumento
de suma fija para salarios y jubilaciones mínimas (unos 8000 pesos),
eliminando el IVA para productos de canasta familiar, con riesgo de darle
pasto a la inflación. En este caso se espera mantener al dólar oficial
quieto, por debajo de la inflación, y tarifas también bastante quietas.
En cambio, los que no apoyan al peronismo, en general las empresas, saldrán
a pedir ayuda. Todos pedirán y por ahora no se sabe de dónde saldrá el
dinero viejo. Porque se pueden postergar los pagos de lo que se debe, pero
el tema es conseguir dinero nuevo, que financie el nuevo movimiento.
En la práctica, según se dice hasta ahora, se viene un acuerdo de precios y
salarios, y algo que intente quebrar la inercia de la inflación. Por eso,
diferenciándose de lo que fue la Cristina de su segundo Gobierno, Alberto
Fernández acaba de nombrar en el INDEC a Marco Lavagna, hijo de Roberto,
indicándole a Cristina y a todos que con el INDEC no se miente, ya que es
una información que nos dice lo que pasa y que nos orienta para tomar
decisiones correctas.
Pero por supuesto, el pasó no será en absoluto sencillo. Ya hay gremios que
dicen "a mi el bono de fin de año me lo pagan sí o si". Y ciertamente nadie
sabe cómo se pueden pagar. Y tampoco se sabe qué movimientos harán los
gremios más resistentes si no reciben ese dinero.
Esencialmente, el viernes se sabrá quien es el encargado del ministerio de
Economía, del Banco Central, etc. Se dice que Cristina y Alberto, juntos,
quisieron convencer a Lavagna padre. Pero Roberto pidió todo ("quiero ser el
encargado de recaudar y de gastar"; "no quiero juntar el dinero para que
otro gaste irresponsablemente en lo que se le ocurra".) Obviamente, Alberto
y Cristina habrían contestado: "los que definiremos en qué se gasta seremos
nosotros", entonces, Roberto Lavagna no será de la partida, por lo menos a
cargo del ministerio de Economía.
Antes de Lavagna hubo muchos hombres para ocupar la cartera de Hacienda.
Estuvieron Guillermo Nielsen, Matías Kulfas, Cecilia Todesca, Martín Guzmán,
Daniel Heiman y en las últimas horas surgió el nombre de Martin Abeles, ex
funcionario de Néstor y actual director de la Cepal. Veremos: el nombre en
sí mismo no parece ser el ciertamente importante, ya que lo decisivo será la
política que será definida, y eso saldrá de la cabeza de Alberto, y veremos
si Cristina lo acompaña sin chistar.
Desde el viernes, y mucho desde que asuma el 10 de diciembre, mandando por
fin a Mauricio Macri a su casa, veremos si Alberto es capaz de armar una
Argentina que funcione, que gane dinero, que pueda mantener a sus habitantes
y que tenga futuro...
Y en esto quiero recordar una anécdota personal, que me parece viene bien a
cuento: Hace muchos años, dos galleguitos hermosos (mi viejito y mi padrino)
llegaron a la Argentina de Perón huyendo de la guerra civil española. Muy
desesperados, se metieron en un local con las manos vacías y uno le dijo al
otro: "Andá al mercado, comprá lo más barato que encuentres, y lo trataremos
de vender al mayor precio que podamos". Unas horas después, mi padrino llegó
arrastrando una bolsa gigante con mejillones. ¡¡¿Qué trajiste?!!, le dijo mi
viejo. "Es lo más barato que encontré". Se miraron, y ahí arrancaron una
vida muy laboriosa pero sin dudas exitosa a nivel económico.
Frente a este momento, lo que preocupa a los que mantienen hogares más o
menos bien administrados son las creencias que buena parte de nuestra
sociedad aún conserva, como el convencimiento de que todo se soluciona
incentivando el consumo, simplemente imprimiendo billetes detrás de algún
escritorio y de esta manera la rueda económica, casi como por arte de magia,
comienza a rodar.
Pareciera que queremos olvidar que somos incumplidores seriales: aumentamos
impuestos (cuando intentamos convencer de lo contrario), imponemos
restricciones cambiarias y en general solemos ir contra las ganancias de los
productivos (más retenciones a quienes exportan, por ejemplo)
desincentivando la inversión y el desarrollo. Incluso tenemos la
particularidad tentación de ir en contra de toda lógica: en vez de quitarle
al improductivo, le quitamos al productivo para sustentar al primero.
Sin dudas, Alberto tiene grandes desafíos por delante. Van a ser años
complicados, por que no se ve mucho para repartir. La presión impositiva ya
está en el techo. Pueden presionar mas todavía por supuesto, pero en todo
esto no se trata del dinero pasado, sino de la plata futura. Y si siguen
presionando, el dinero futuro se seguirá yendo. Además, todo esto lo vemos
en medio de una situación latinoamericana que muestra peligrosos estallidos
en todas partes...
Al compás de lo que Alberto vaya marcando, los inversores se irán preparando
e irán tomando posiciones. Y lo particular del caso es que se empiezan a ver
decisiones que llaman a la sospecha. En mercados normales se ven variaciones
de precios diario del orden del 3 al 4%, pero cuando tenemos gobiernos que
toman decisiones unilaterales, el que sea, intervencionistas, las
variaciones en las cotizaciones son mucho más abultadas, aveces superiores
al 10% en una sola rueda. Y detrás de eso, en noviembre hubo grandes
ganadoras y gruesas perdedoras.
En los números del mes, con una inflación que puede ser calculada en torno
al 5% mensual, el dólar no se movió, ni en el oficial ni en el blue, los
plazos fijos pagaron tasas del orden del 3,5% mensual, o sea fueron
negativas contra la inflación. Los bonos bajaron 1% y el índice Merval de la
Bolsa de Buenos Aires bajó en dólares 1,5% en todo el mes.
Eso sí, hubo algunas empresas de segundas líneas que anotaron subas
tremendas. Longvie ganó 60%, y hubo subas del 15 al 36% para Importadora de
la Patagonia, Bodegas Esmeralda, Garovaglio, Mirgor, Quickfood, Ferrum,
Richmond, Casado, Rigolleau, Polledo, Introductora y Gas Natural. Mientras
que del otro lado, hubo caídas muy gruesas, del 12 al 24%, en papeles como
Edenor, Autopista del Sol, Pampa Energía, TGN o TGS. Estos movimientos, sin
dudas, tienen que ver con la política económica que se espera de Alberto
Fernández.
Y probablemente anticipándose a lo que podrá ser la renegociación con los
bonos y a lo que venga en el mercado internacional, en todo noviembre hubo
una caída del 14 al 20% en bonos como el AM20, el AA22, el PUM21 y el AY24.
Con un desplome del 16% para el Bitcoin, porque la Libra de Facebook y la
criptomoneda china vienen avanzando para comerse todo en poco tiempo.
Algunas veces, muchas de estas variaciones tan marcadas ocurren porque algún
inversor conoce, se entera, de que el gobernante de turno va a tomar una
decisión beneficiando a tal o cual sector. Los que se mueven antes que el
resto suelen tener información de adentro (inside information), algo ilegal
que es profundamente investigado y penado en mercados serios.
Lamentablemente, estamos en una Argentina que ciertamente no muestra grandes
cabezas, que desarrollen grandes empresas, que generen empleo en un mundo
cada vez más complicado. En el exterior tenemos a EE.UU. y a China
pulseando, con la alemana Angela Merkel reclamando que occidente se una,
posicionándose ante una China que parece imparable. En la Argentina,
mientras tanto, estamos pulseando en las elecciones en Boca, con un
personaje como Marcelo Tinelli empezando a buscar su espacio peleando por
San Lorenzo....
Con ese marco, el gobierno naciente ya muestra una diferencia. Alberto dará
sus colaboradores el viernes, y parece haber tejido una serie de alianzas
con un ala del peronismo. Mientras que Cristina está armando una madeja
completamente diferente en el Congreso...
En línea con esto, a nivel internacional acaba de verse algo particular:
Alexander Boris de Pfeffel Johnson, un político y periodista británico
nacido en Nueva York en 1964 hijo de padres británicos, que renunció a su
doble ciudadanía en 2015, acaba de tomar decisiones como Primer Ministro
Británico, frente a la Reina de Inglaterra. A las puertas del Brexit se unió
a Isabel II de Inglaterra para definir como serán las cosas, pero el
Parlamento ingles les dijo "no".
Con eso como fondo, luego de 200 años con gobiernos personalistas, donde
todo se definió a través de cabezas únicas, que se podían equivocar o no, la
gran pregunta que se plantea en este momento es: ¿iremos a una nueva forma
de gobierno, más parlamentaria? ¿Acaso el administrador del Ejecutivo sera
más dependiente de lo que decida el Congreso? No falta mucho para saberlo.
Y, solo para finalizar, un comentario más: acabamos de transitar por dos
meses intensos, octubre y noviembre, en los que el campo liquidó operaciones
a doble o triple ritmo, porque sienten que se viene una suba de retenciones,
y en los que la población con dinero de las grandes ciudades, abandonaron el
peso, y compraron dólares a dos manos, y los tienen en sus casas, en cajas
de seguridad o los mandaron al exterior...
Ahora, dentro de una semana, el gobierno de Alberto tomará medidas.
Seguramente premiará a los que pongan los dólares en el sistema, y castigara
con bienes personales a los que los hayan sacado, al exterior o a cajas
fuertes. Por eso habrá que estar muy atentos a las medidas que dicte el
nuevo mandatario, y veremos cuánto caso le hace la población con recursos.
Lo sabemos: se acabó la Argentina de un Macri que puso tasas de interés en
el cielo, que tomó deuda a dos manos, esperando que las cosas se
normalizaran. A partir de ahora las tasas no serán positivas en términos
reales, los megafondos de inversión que tienen pesos ya no podrán comprar
dólares, ni podrán meter el dinero en las finanzas. Veremos hacia dónde se
dirigen.
Sin dudas, el que más plata va a necesitar es el Estado. ¿Volverán los
privados a prestarle dinero al Gobierno, después de sufrir letras
reperfiladas? El camino será esperar, ver y analizar. Habrá quienes compren
Cederas, ETFs y otras variables alternativas. Este lunes se pagan varios
papeles, com la renta de bonos del Gobierno Nacional (AM20, DISD, PARD, DISM
y PARM) la renta de un bono provincia de Bs.As (PBY22), la renta de un bono
provincia de La Rioja (PROR3) y Obligaciones Negobiables de Banco
Hipotecario y Carsa (BHCVO, CHS8O y CH9BO). La dirección que vaya tomando
ese dinero que queda libre empezará a mostrar para dónde puede intentar a
correr la liebre a partir de ahora.
Pida en su email el PANORAMA FINANCIERO SEMANAL completo
QUÉ PUEDE PASAR CON EL DÓLAR
AFUERA:
PERSPECTIVA PARA EL DÓLAR EN LA ARGENTINA:
DIRECCIÓN DE LAS
TASAS DE INTERÉS:
EL CAMINO DE LOS TÍTULOS PÚBLICOS: